Etapa 20 RÍO JORDÁN

18.09.2022

¿Quién es el que ha de venir?

El nombre de este río de 360 km deriva de la raíz "yarad" "descender", de ahí su nombre en hebreo (Nehar HaYarden) que equivaldría a "el que desciende", desde la falda del Hermón, el Monte más alto de Medio Oriente, hasta las profundidades del Mar Muerto, que es el punto más bajo de la tierra. Así, el Jordán es el río bíblico por excelencia, siendo citado 179 veces en el Antiguo Testamento y 15 en el Nuevo Testamento.

Se trata de un río sagrado pues por él pasaron los patriarcas del Pueblo de Israel: Abraham y Jacob con sus familias cuando vinieron de Caldea, luego los descendientes de aquellos que fueron rescatados de Egipto, quienes fueron conducidos por Moisés y pasaron el río de la mano de Josué y Caleb. Y en él Juan, el llamado "bautista", bautizaba a las gentes que esperaban el Día del Señor, el final de los tiempos, el día del Juicio.

Es cierto que grupos de creyentes esperaban al Mesías que trajera, por fin, la paz y la justicia al pueblo. Pero... ¿qué tipo de Mesías? ¿Político? ¿Líder espiritual? ¿Guerrero? ¿Un nuevo rey?

Y de repente llega Jesús... ¡y también al río Jordán! Y se pone en la cola de quienes deseaban un bautismo de conversión; y se hace uno con nosotros para sepultar el pecado. Más aun, tiene una experiencia intensa de filiación divina, al experimentar que su Padre respalda la misión del Reino y le entrega su fuerza de amor en el Espíritu.

LECTURA del Evangelio según Marcos 6, 14-29

- Herodes era un empleado del imperio romano. Quien mandaba en Palestina, desde el año 63 antes de Cristo, era el emperador de Roma. Herodes, para no ser depuesto, trataba de agradar a Roma en todo. Insistía sobre todo en una administración eficiente que diera lucro al Imperio y a él mismo. La preocupación de Herodes era su propia promoción y seguridad. Por eso, reprimía cualquier tipo de subversión. A él le gustaba ser llamado bienhechor del pueblo, pero en realidad era un tirano (cf. Lc 22, 25).

- Flavio Josefo, historiador de la época, informa que el motivo de la prisión de Juan Bautista era el miedo que Herodes tenía a un levantamiento popular. La denuncia de Juan Bautista contra la moral depravada de Herodes (Mc 6, 18), fue la gota que hizo desbordar el vaso, y Juan fue llevado a la cárcel.

- La fiesta contaba con una presencia "de los grandes de la corte y de las personas importantes de Galilea". En este ambiente se trama el asunto de Juan Bautista. Juan, el profeta, era una denuncia viva de ese sistema corrompido. Para Herodes, la vida de los súbditos no valía nada.

- Herodes construyó una nueva capital, llamada Tiberíades. Séforis, la antigua capital, había sido destruida por los romanos en represalia por un levantamiento popular. Esto aconteció cuando Jesús tenía quizás siete años. Tiberíades, la nueva capital, fue inaugurada trece años más tarde, cuando Jesús tenía 20 años. Era llamada así para agradar a Tiberio, el emperador de Roma. Tiberíades era un lugar extraño en Galilea. Allí vivían el rey, "los grandes, los generales y los magnates de Galilea" (Mc 6, 21). Allá moraban los dueños de las tierras, los soldados, los policías, los jueces muchas veces insensibles (Lc 18, 1-4). Hacia allí se llevaban los impuestos y el producto de la gente. Era allí donde Herodes hacia sus orgías de muerte (Mc 6, 21-29). No consta en los evangelios que Jesús hubiese entrado en la ciudad.

- En los evangelios, los fariseos aparecen junto con los herodianos (Mc 3, 6; 8, 15; 12, 13), lo cual refleja la alianza que existía entre el poder religioso y el poder civil. La vida de la gente en las aldeas de Galilea era muy controlada, tanto por el gobierno como por la religión.
    Era necesario tener mucho valor para comenzar algo nuevo, como hicieron Juan y Jesús. Era lo mismo que atraer sobre sí la rabia de los privilegiados, tanto del poder religioso como del poder civil, tanto a nivel local como estatal.