Un puente entre dos alianzas

Nos toca adentrarnos una vez más al desierto, y encima, un desierto montañoso: Qumrán, que es en realidad un valle del desierto de Judea, pero con unos montículos llenos de cuevas. Y fue precisamente en una de estas cuevas cuando un pastor que andaba buscando una oveja perdida, ¿te suena esto de algo? entró en una de estas cuevas y lo que encontró fue un tesoro ¿te vuelve a sonar esto de algo? Unos manuscritos del siglo I, con textos religiosos judíos, exactamente de una de las facciones que existían en aquella época: los esenios.

Esta comunidad estaba asentada en una terraza de este valle a unos dos kilómetros del mar Muerto. Entre los documentos encontrados, aparte de versiones del antiguo testamento en hebreo y arameo, se han encontrado libros Apócrifos (que no son bíblicos) intertestamentarios, es decir escritos entre el Antiguo y Nuevo Testamento, con lo que nos permite conocer cuál era el pensamiento, la espiritualidad, de esa época que no recoge la Biblia.

Cuando uno busca algo siempre acaba encontrando, puede que lo buscado, puede que otra cosa más importante, incluso un tesoro. Por eso es importante buscar, buscar siempre, desde el sentido de nuestra vida, el plan que Dios quiere para mí, o simplemente, qué tengo que hacer para ser feliz y hacer feliz a los demás.
Seguro que si buscas, lo puedes encontrar, aunque no sea lo que esperas.