Etapa 14: JERUSALÉN

22.08.2022

La capital del Rey David

Hoy pisarán tus pies la ciudad santa de Jerusalén. Ciudad que está en el corazón de los judíos, de los cristianos y de los musulmanes. Ciudad en la que la religión se hace presente en cada rincón.
     Etimológicamente, desde la perspectiva hebrea, "Jerusalem" significa "ciudad de la paz". Los árabes dicen, sin embargo, "Al Quds", la "santa".
De todos modos, ¿acaso la paz no es el gran don del Altísimo? Ojalá, Jerusalén hallara pronto el modo de vivir en paz y no continuamente en la inestabilidad de las armas y las amenazas.

El rey David quiso ofrecer una capital al pueblo de Israel y un lugar a la Tienda del Señor y al Arca de la Alianza. No fue un hombre perfecto y cometió delitos y pecados. Pero se arrepintió y buscó ser un gobernante honesto a la escucha de los designios de Dios.
De hecho, la tradición le sitúa tocando el arpa y componiendo salmos o cantos litúrgicos. Lo que sí aparece en las Escrituras es que intentó hacer de su vida un canto agradable al Señor.

Cierto que la monarquía fue pedida por el pueblo desconfiando en tener solo a Dios como único rey. Pero el modo de ser del rey David, recordó al pueblo una y otra vez que es el Señor el que llevaba a su pueblo y que él era solo un mediador. Fue tan memorable su persona y acciones, que la tradición empezó a profetizar que el Mesías vendría de la descendencia de este Rey. De ahí que el ciego Bartimeo gritara al paso de Jesús: "Hijo de David, ten piedad de mí".

Jerusalén es la ciudad santa. Fue el lugar en el que la presencia de Dios se hizo especialmente manifiesta. Intenta identificar "tu Jerusalén", tu lugar (sitio en la naturaleza, pueblo, templo, casa de convivencias, espacio en tu pueblo o ciudad...) que se ha ido convirtiendo para ti en "tu Jerusalén".

Da gracias a Dios por ese lugar donde Él se te ha ido haciendo presente. Jerusalén es la ciudad de la paz, por eso escucharemos al Padre Jony (sacerdote apasionado por el Heavy Metal) cantando el Salmo 121:
¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!